«¡Me gustaría que mi cuerpo hiciera lo yo le digo que haga!» Miriam, siete años, después de fracasar en su intento de ejecutar un paso de baile.
En un momento de su evolución, el hombre aprendió a decir no al estímulo. Inhibió una respuesta ordenada en él desde hacía milenios. Y dirigió el comportamiento a partir de cosas anticipadas. Había aparecido al inteligencia ejectuiva.
Hemos comprendido que no nacemos libres, sino dependientes, y que la libertad hay que aprenderla.